Ensayos Literarios Cortos Sobre La Vida
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El significado de la vida es uno de los temas más discutidos a lo largo de la historia. De este modo, ha sido analizado desde diferentes enfoques, los cuales han permitido llegar a conclusiones netamente fisiológicas, pero también a aquellas que buscan una comprensión a partir de la filosofía. Este último aspecto será el eje del presente ensayo, que tendrá como objetivo reflexionar sobre el sentido y significado de la vida.
La vida está conformada por una serie de elecciones. Esto tiene como resultado que cada persona atraviese por diferentes experiencias, que terminan por definir su personalidad y perspectiva sobre el mundo. Esto es lo primero a tomar en cuenta cuando se habla del significado de la vida, pues los sentimientos experimentados tienen la capacidad de darle valor, motivando una decisión que tendrá consecuencias a corto, mediano o largo plazo.
En conclusión, para definir la vida es imprescindible hablar de las decisiones que tomamos y las experiencias resultantes. Todo esto estará influenciado por los sentimientos y sensaciones que se presenten, demostrando la importancia de reflexionar sobre uno mismo y el papel que tenemos en el mundo.
Los ensayos pueden ser literarios o científicos y suelen tener una estructura que incluye una introducción al tema, un desarrollo del tema y una conclusión. El objetivo de este tipo de textos es hacer reflexionar o convencer al lector sobre un punto de vista.
Los ensayos filosóficos han sido de gran importancia a lo largo de la historia porque han establecido bases para la formación moral, ética, política, social y científica del hombre, siendo estos temas aplicados en todas las ramas del conocimiento. Es así como se estima que obras clásicas de filósofos como Platón, Santo Tomás de Aquino, Tomás Moro, Karl Marx, Bertrand Russell, Adam Smith, San Agustín, entre muchos otros, siguen estando vigentes y siendo utilizados con gran asertividad sobre problemas actuales.
La astrobiología no es diferente, busca responder algunas de las preguntas más profundas que cualquiera podría hacer respecto a nuestros orígenes y a nuestro lugar en el universo. A medida que los científicos van aprendiendo más sobre qué tipos de señales están asociadas con la vida en diversos entornos de la Tierra, pueden crear y mejorar las tecnologías necesarias para encontrar signos similares en otros lugares.
Las próximas misiones como Europa Clipper, un orbitador que se dirigirá a la luna helada de Júpiter, Europa, a finales de esta década, o Dragonfly, un octocóptero que explorará la luna de Saturno, Titán, proporcionarán información vital sobre los entornos en los que algún día se puede encontrar alguna forma de vida.
El medio ambiente es el espacio conformado por la naturaleza y el ámbito urbano. Es en sí el espacio que nos rodea, donde nos desenvolvemos y que incide directamente sobre nuestras vidas así como nuestras acciones tienen incidencia directa sobre él. Para hablar del medio ambiente es necesario tener en cuenta que todo lo que nos rodea y aún aquello que no logramos ver y que se encuentra a kilómetros de distancia, mantiene una relación simbiótica con nosotros.
Existe en la actualidad una gran controversia mundial por el debate abierto sobre el borto como derecho de la mujer al control personal de su reproductividad. Durante años, el caso conocido de China que prohibió durante décadas la tenencia de un segundo hijo y que derivó lógicamente en miles de abortos no contabilizados, especialmente de niñas, y que trajo consigo en la actualidad un impacto en la población joven del país, nos permite abordar este tema desde la visión bioética.
El amor sí es un sentimiento, va más allá de la empatía, cruza las fronteras de la amistad y se instala en el alma como una fuerza sobrenatural capaz de cambiar las cosas. Lo saben las madres que porque aman, son capaces de hacer cualquier proeza por sus hijos. Lo saben los hermanos que porque se aman, son capaces de pasar del enojo al abrazo fraterno en un segundo. Pero si pasamos al plano del amor de pareja, no todas lo conocen y nos todas lo resisten. Ha sido tanto el empeño de la sociedad moderna de desvirtuar la relación de pareja con la exacerbación del sexo libre, el libertinaje y la promiscuidad, que ahora, que la mayoría de los matrimonio fracasan por culpa del mismo entorno, se busca enlazar, como si fuese un acto de magia, el amor como una decisión. Así, quien ame tendrá la obligación, porque así lo ha decidido, de ser fiel, respetuoso y de dar su vida por el otro. Nada más lejos de la verdad.
Desde que el hombre existe sobre la faz de la tierra ha mantenido presente la eterna duda sobre el origen de su existencia. ¿Qué vino a hacer el hombre? ¿Qué sentido tiene su existencia? ¿Por qué hay tanto sufrimiento? Son tantas las interrogantes que el ser humano se ha hecho sobre la razón de la vida, que a lo largo de los años filósofos y religiosos han intentado responder.
En el ensayo que nos ocupa tiene como objetivo principal, indagar en las profundidades del pensamiento humano, las diferentes conceptualizaciones que se han forjado sobre la razón de la vida humana y su sentido. Para ello nos proponemos discernir no tanto sobre el origen ni el por qué, sino el para qué, el sentido último de la vida de cada hombre sobre la tierra.
Mucho se debate en la actualidad sobre el aborto y el supuesto derecho que exige el movimiento feminista de poder abortar legalmente, de manera gratuita y segura. Partiendo de la concepción ética de que quitar la vida a otro ser humano, matarle, es un acto despreciable y de por sí considerado como malo, tanto que está regulado penalmente que todo el que atente contra la vida de un individuo debe pagar su acto con encarcelamiento. Es totalmente lógico considerara que el aborto es un mal de naturaleza mayor.
Siempre que se habla del que hacer misionero y parroquial, la responsabilidad suele caer sobre el párroco o el obispo de la Diócesis, como si ellos fuesen los únicos encargados de evangelizar. Se nos olvida que es labor de los laicos como Sacerdotes, Profetas y Reyes que también somos desde el bautismo, cumplir el mandato de Jesús de evangelizar y llevar la buena nueva a todas las naciones.
Octavio Paz (Ciudad de México, 31 de marzo, 1914- Íbid. 19 de abril, 1998) poeta, ensayista, escritor y diplomático, es uno de los autores mexicanos más prestigiosos de la segunda mitad del siglo XX y que alcanzó dimensión internacional. Su obra, sobre todo poemas, ensayos y traducciones, ha sido traducida a más de 32 idiomas, además del inglés, el francés y el italiano, a lenguas como el chino, el ucraniano y el japonés.
Un único, largo y bellísimo poema de lenguaje más sobrio, pero de inusitada densidad, destinado a bucear en su conciencia, en su vida y en su palabra es Pasado en claro (1975) y de sus libros posteriores, cabe destacar Vuelta (1976), donde alude al regreso del poeta a México tras una larga permanencia en Europa y Oriente y Árbol adentro (1987) que aborda temas constantes en su producción, como la meditación sobre la muerte y el amor.
Octavio Paz (1914-1998), escritor mexicano galardonado en 1990 con el premio Nobel de literatura, publicó en 1950 El laberinto de la soledad, colección de ensayos sobre el carácter mexicano. Esta lectura proviene del primero de estos ensayos, "El pachuco y otros extremos", en que Paz contempla el fenómeno norteamericano del llamado "pachuco", figura masculina de la juventud urbana mexicano-americana.
[M]uchas de las reflexiones que forman parte de este ensayo [sobre el carácter mexicano] nacieron fuera de México, durante dos años de estancia en los Estados Unidos. Recuerdo que cada vez que me inclinaba sobre la vida norteamericana, deseoso de encontrarle sentido, me encontraba con mi imagen interrogante. Esa imagen, destacada sobre el fondo reluciente de los Estados Unidos, fue la primera y quizá la más profunda de las respuestas que dio ese país a mis preguntas. Por eso, al intentar explicarme algunos de los rasgos del mexicano de nuestros días, principio con esos para quienes serlo es un problema de verdad vital, un problema de vida o muerte. Al iniciar mi vida en los Estados Unidos residí algún tiempo en Los Ángeles, ciudad habitada por más de un millón de personas de origen mexicano. A primera vista sorprende al viajero--además de la pureza del cielo y de la fealdad de las dispersas y ostentosas construcciones--la atmósfera vagamente mexicana de la ciudad, imposible de apresar con palabras o conceptos. Esta mexicanidad--gusto por los adornos, descuido y fausto, negligencia, pasión y reserva--flota en el aire. Y digo que flota porque no se mezcla ni se funde con el otro mundo, el mundo norteamericano, hecho de precisión y eficacia. Flota, pero no se opone; se balancea, impulsada por el viento, a veces desgarrada como una nube, otras erguida como un cohete que asciende. Se arrastra, se pliega, se expande, se contrae, duerme o sueña, hermosura harapienta. Flota: no acaba de ser, no acaba de desaparecer.
La irritación del norteamericano procede, a mi juicio, de que ve en el pachuco un ser mítico y por lo tanto virtualmente peligroso. Su peligrosidad brota de su singularidad. Todos coinciden en ver en él algo híbrido, perturbador y fascinante. En torno suyo se crea una constelación de nociones ambivalentes: su singularidad parece nutrirse de poderes alternativamente nefastos o benéficos. Unos le atribuyen virtudes eróticas poco comunes; otros, una perversión que no excluye la agresividad. Figura portadora del amor y la dicha o del horror y la abominación, el pachuco parece encarnar la libertad, el desorden, lo prohibido. Algo, en suma, que debe ser suprimido; alguien, también, con quien sólo es posible tener un contacto secreto, a oscuras. Pasivo y desdeñoso, el pachuco deja que se acumulen sobre su cabeza todas estas representaciones contradictorias, hasta que, no sin dolorosa autosatisfacción, estallan en una pelea de cantina, en un "raid" o en un motín. Entonces, en la persecución, alcanza su autenticidad, su verdadera ser, su desnudez suprema, de paria, de hombre que no pertenece a parte alguna. El ciclo, que empieza con la provocación, se cierra; ya está listo para la redención, para el ingreso a la sociedad que lo rechazaba. Ha sido su pecado y su escándalo; ahora, que es víctima, se le reconoce al fin como lo que es: su producto, su hijo. Ha encontrado al fin nuevos padres. 2b1af7f3a8